sábado, 13 de agosto de 2016

Pregón de las fiestas de Monleras 2016 pronunciado por José Lorenzo Delgado Vicente

Buenas noches, paisanos y amigos de Monleras:
                Salud para todas y para todos; para los de aquí,  y para los de fuera, aunque en Monleras nadie es forastero (una vez  pasado por el Pilón).
        Os confieso que cuando Ángel me ofreció dar el pregón,  en primer lugar me entró la duda sobre si daros el pregón o un sermón de fiestas. He preferido el primero pero por si acaso vengo preparado.
                También le pregunté a Angel que qué tipo de pregón quería, y ahí sí que su ayuda fue inestimable:
- “! Tu mismo, a mi me gusta que me sorprendan!”
                (Desde mi experiencia  os digo que este hará carrera política. En un sólo movimiento se saca el muerto de encima y pone la pelota en mi tejado)
                Y quise que este fuera  un pregón digno del mismísimo IV centenario de la muerte de Cervantes que este año celebramos,  y ya que desgraciadamente no lo será por su calidad literaria, al menos  he decidido compartir con tan ilustre escritor la inutilidad de una mano.
(Bueno, al menos es la derecha que bastantes veces me han llamado inútil de izquierdas).
Decía Tierno Galván que los pregones tenían que ser como las minifaldas: CORTOS y que ENSEÑEN mucho. Pues me da la impresión que el mío ni lo uno ni lo otro, llevo ya 2 minutos y no he dicho nada.
                No sé si ser pregonero es un cargo o una carga. Solo sé, que para mí es un verdadero privilegio, y que sería una ingratitud por mi parte negar mi colaboración cuando esta se me pide.
 (Por  cierto que no he preguntado aún cuanto se cobra.)
 Gracias a cuantos seáis culpables de haber  tomado esta decisión de ofrecerme la oportunidad de pregonar a viva voz y a la antigua usanza las fiestas de este año.
Y a vosotros, monlerienses, gracias también por ser  quienes sois, mis paisanos  y mis amigos.
Y aquí estoy para lo que se os ofrezca, desinteresadamente; no cómo los  bancos que nos prestan  un paraguas cuando sale el sol y nos lo reclaman  cuando llueve.
                 Y dejarme que me presente: soy Jose.
 Sí,  JOSE GURULLO, el hijo de Pedro y Angelines,     el nieto del Sr. Víctor, la Sra. Ángela y la Sra. Obdulia,  y también de Juan aunque no lo llegara a conocer.
Por cierto, quien hace cien años  emigró de su tierra, como hoy hacen nuestros jóvenes, primero a Argentina y después, un poquito más cerca, a Berganciano; y que por desgracia cuando tenía cumplido su sueño de volver a Monleras falleció aquel mismo año. En fin, que los gurullos hicimos nuestra operación retorno en el verano del 46.
                Para más parientes y ascendientes consultar el libro de mi tío Celedonio, por el que nos hemos enterado de lo que ya sospechábamos, que todos aquí somos familia y que andamos más enredaos que una telenovela.
 Y soy Gurullo como también soy Peñalvo, que como cualquiera de vosotros en esto de los motes andamos sobrados. Ganados  y heredados por los siglos de los siglos.
Y para más señas y abundamientos casado con Chelo,  la de Cristobal y Chon, hoy justamente hace 27 años, con lo cual allegado de familia a los González de la Arrabal, y a todos los Del Arco rama Olegario.
Vale y para los jóvenes, el padre de Víctor.
Y A ESTE PUEBLO SIN NACER EN ÉL PUEDO CONSIDERARLO COMO UNA DE MIS  PATRIAS, no porque los de Monleras nazcamos donde queramos como los de Bilbao, sino porque he querido que esta sea mi tierra, y  como decía GARCÍA PAVÓN, "no hay tierra buena ni mala,  tierra no hay más que la de uno".
Monleras no es mejor ni peor que otras, pero sí tiene algo que la hace peculiar: “Es la nuestra”.
Y mis primeros recuerdos de este pueblo comienzan en blanco en negro, ¡coño! en aquellos tiempos es lo que había.
Y no son otros que unas fiestas del Corpus allá por el 66, comiendo todos arroz de una   misma  fuente en la casa de los Vaqueros (y cuando digo comiendo todos, digo todos: mayores, niños, mozos: Bernardino, Paco, Aníbal y María Luisa, parientes,  más parientes, algún músico e invitados de otros pueblos);  recuerdo también un partido de pelota tres contra  tres  en este frontón, y una gaseosa donde Feliciano en un mostrador bajo de madera donde los más osados sentaban sus posaderas.
Y  dos meses más tarde un verano de trilla en el Pocito, trillique de tres vueltas y “pa” casa, un burro y un botijo. Tres vueltas en el trillo o pocas más, las justas para que el cabrón  de mulo se cagara y uno no supiera poner la pala, ¡joder que rabia!
         Y guardo en el recuerdo de la niñez una casa en el barrio de los Álamos (buen barrio) donde sólo había una bombilla de 25 w que iba  y venía de habitación a alcoba y  de cocina a cernidero. Que iluminaba a ratos y otros mortecía  según tirara la trilladora. (Así oí yo la expresión de que aquí en Monleras la luz la echaban a cazos).
 Recuerdo un suelo de lanchas y  otro de barro, un techo de ramo y otro moderno de tableta, y siempre, siempre como en todas casas un amplio wáter, en la tená del corral, en la cortina o el mudadal de enfrente.
                Y las salidas a jugar a la Romera y el miedo a la poza y la Fuente Nueva, y la bandada de grajos llegando al atardecer a la Alameda. Y cómo no, los amigos: Paulino, José, Luis, mis primos Juan, Miguel, Luis, y en especial para mí, Perfecto. Cuántas tardes de vacas acompañando a su tío Ferino,  y cuántas meriendas mezcladas de nocilla, gorduras y manto.
Y a Ame, que me llevó a costillas en un impresionante esfuerzo, desde las Cruces a casa, ante el corte que me hice en el pié  con el cristal de una botella  del que aún conservo la cicatriz.
Joder, y ahora sin venir a cuento me vienen a la memoria  las idas al campo con Sócrates a recoger los lazos de los conejos. 
                 O venir en el seiscientos al pueblo, que rompía las correas un día sí y otro también, y donde  nos instalábamos cómodamente 4 de familia y una bicicleta BH.
                 Y los mandaos para hacer o los recados para comprar, al comercio, al pan, a por la leche donde el Sr. Baltasar, a por tabaco o a la farmacia de Don Paco. Porque éramos entonces un pueblo de Dones, no por los que teníamos sino por los que pronunciábamos:
“Que me ha dicho Don tal que os diga que…”, y a esconderse si veías a Don Avelino para no tener que saludarle.
Hasta que llegaba septiembre y cada mochuelo a su olivo y yo a Salamanca.
                 Uno se iba haciendo mozo y de aquellos años del 78 y después recuerdos de muchas tardes-noches madrugadas en el Centro, el Boliche, el Kun Fú, La Asociación, Trazos,  alguna obra de teatro, fiestas de otros pueblos, mucha juventud, algunas tonterías, y poco más. Y los quintos que esta vez nos quedamos en tres, Manolo, yo y Andrés, en este orden para que rimen. Para luego terminar en la mili por cosas de las prórrogas con Angel Tarallas, en lo que hoy es el Corte Inglés de Salamanca.
       y hasta aquí puedo y quiero leer, que algunas hazañas de las que después pasaron no han prescrito y habría que solicitar autorización de los implicados para contarlas.
 Poco a poco con cada venida una mejora para el  pueblo, el agua, la luz de verdad y no la del salto de Estacas,   calles asfaltadas, y mucha actividad.
 Labor de cambio y mejora amparada por esfuerzos colectivos. Con la paciencia castellana que muchos equivocadamente confunden con resignación.
Creo que se ha hecho mucho de lo que se ha podido, con aciertos para unos  y  con errores para otros, pero es que  pocas veces se guisa el cabrito a gusto de todos.
                                               Y al final en el 83, carretera y manta, como tantos otros, a trabajar fuera, echando ramas en otras tierras,  pero siempre con las raíces en Monleras, y haciéndolas notar y presumiendo de ellas, como dice mi amigo José Blanco, gallego del País Vasco, y  buen  conocedor de Monleras por los 4 años que residió en el Poblado de Iberduero de Almendra.
Y vivir y trabajar, bajando al pueblo en  cada oportunidad, en verano a descansar y en invierno con cita obligada en las matanzas.

Pero lo importante nunca es uno ni sus experiencias, lo importante es el Pueblo, ese que seguirá cuando no estemos, o cuando estemos tras las puertas de la última casa del Camino del Cementerio,  puertas a las que por cierto una tranca les vendría de fábula.

por qué  ¿QUÉ es monleras?
Y ante esta pregunta algunos, con más autoridad y conocimientos que yo, nos han dado y nos darán definiciones académicas, nos contarán historias, y esgrimirán logros, hitos y estadísticas. Gracias a todos ellos por su labor y esfuerzo.
Pero dejarme que yo os diga qué es Monleras para mí desde las cosas cotidianas, y pequeñas.
-Monleras es sobre todo  mi pueblo.
-Monleras son las siestas de agosto tapaditos con la colcha,
-Y la chaquetita que no puede olvidarse en las noches de verano.
-O esa mosca cojonera que todos nos encontramos en casa al llegar y no nos deja hasta el día de nuestra marcha. Que la ciencia dirá que viven sólo 15 o 20 días pero yo he saludado algunas de tres veranos.
-Monleras es el lugar donde te entienden si hablas de casulario, cencellada, mochar, aciburrio, fato, modorro, añusgar, saltigallo o espilongar.
 Donde un pardal es un pardal y no un gorrión, y los coches se guardan en cocheras y no en garajes. Y donde nadie te mira mal si comentas que acabas de comerte unos chochos riquísimos.
O que no tienes que explicar 3 veces lo que es candar, verbo y acción desconocida en el mundo,  como me advirtió mi compañero Belisario de Correos de Bilbao, cuando en  una instrucción interna sobre normas de seguridad pedí a los responsables de oficinas que se aseguraran de que la Caja Fuerte quedara bien candada.        
Por cierto, Belisario es de Espadaña y le gané una cena apostándole que mi abuelo y mi madre habían nacido allí. 
-Monleras es el lugar donde aún los torreznos se imponen a las barritas energéticas y el aguardiente sigue considerándose  la mejor de las bebidas isotónicas.
-Monleras son sus fiestas, con el Duo Miramar, nuestros Pimpinela particulares, y los Galgos jugando  desde hace treinta años en el partido de pelota, que debe ser la familia más numerosa y longeva de Salamanca. (Menos este año que para fastidiarme el pregón no los contratan)
-Monleras son sus Peñas de fiestas, que han dinamizado y rejuvenecido la diversión, a las que les debemos nuestro aplauso y reconocimiento.
-Monleras es uno de los pocos sitios donde aún está mejor visto cazar gamusinos y pescar tencas (y Dios me libre de haber participado yo o alguien conocido en tan irregulares  actividades)  que salir con el móvil a la captura de Pokemon, (sí, esos  bichos extraños  compañeros de los Dijimon, con nombres impronunciables y que  para joder van y dijivolucionan, es decir crecen y se ensanchan. Vamos como yo en los últimos años).
-Monleras es gastronomía.Como el cordero cantado por Molina a principios del sglo XX, el cocido, el tostón, las marujas,  los farinatos, chanfainas, perronillas, y sopas de leche.
Aquí los productos de  matanza son sagrados, el cerdo es nuestro animal de compañía, y hasta el chorizo es aceptado como producto apto para vegetarianos y veganos.
Aunque el plato más tradicional y de diario y festivos han sido siempre los canguingos y  patas de peces, que a todos  nos han ofrecido al preguntar ¿qué hay de comer?
-Monleras es su escudo, su bandera y su himno, que podríamos enseñar, ondear  y escuchar si los tuviésemos. Y que podrían acompañar a mi sobrina María  en los juegos Paralímpicos de Rio de Janeiro, dónde  os aseguro representará no sólo a España, sino también a Monleras y en especial a su Peña “El Gheto”.
-Monleras es lo que cada uno quiere que sea, para unos la tranquilidad de nuestra casa y para nuestros hijos justo lo contrario, que hay días que  ni aciertan a entrar en ella.
-Monleras es nuestro particular sistema de navegación que si lo patentáramos no indicaría derecha, izquierda o salga en la segunda salida en la rotonda. Diría: “anda macho tira paquí, vete derecho pahí y tuerce cuando llegues   pallí”.  
-Monleras  es saber que las campanas tocan y dicen más cosas con cinco tañidos, dos volteos y un repique que una conversación de Wassap.
- Monleras somos  sus gentes  con dotes adivinas, todo el día con el ”ya lo sabía yo”, “eso ya te lo dije”. O la variante de ¿Hombre, ya has venido? Cuando encuentras a alguien por las calles del pueblo.
-O los y las  agentes del S.I.A. (Servicio de Información y Acompañamiento), que da lo mismo la hora o el sitio por donde andes  o en el que estés, todo eso da igual… Tú puedes estar tranquilo porque sabes que alguien te está observando. Y al días siguiente cuando te levantes, tranquilo, no hace falta que cuentes lo que hiciste el día anterior, todo el pueblo ya estará informado.
 -Monleras es  también la gente que nos dejó, y que hoy seguro estará  de alguna forma con nosotros.Un recuerdo cariñoso para ellos y un abrazo para sus familias.
Pero permitidme que este pregón tenga durante 5 segundos un recuerdo  personal para Emilio. Y él sabe, allá dónde está, el porqué.
-Pero por encima de todo, si tuviera que escoger una imagen y un sentimiento diría que:- Monleras son los Abuelos. Los que te pellizcan los mofletes y te suenan los mocos que parecen una aspiradora. Los que te dan de comer y merendar como si se fuera a acabar el mundo o no lo volvieses a hacer en dos meses. Monleras son y sois los abuelos y abuelas que nos enseñasteis con el ejemplo que el trabajo dignifica si es honesto. Y que verano tras verano nos libráis de las colonias y los campamentos, para gozar de la primera libertad y de un cariño infinito.
Y sólo me resta para concluir dar la aprobación a estas fiestas de Agosto de 2016, y  así procedo y digo en palabras no mías, sino de Dn. Quijote:
“que viendo su contenido afirmarse puede que no contienen cosa contra la fe ni buenas costumbres, antes bien muchas de honesta recreación y apacible divertimento, mezclada de mucha filosofía moral, que los antiguos juzgaron convenientes a sus repúblicas, alentando ánimos marchitos y espíritus melancólicos. Puede pues dársele licencia para su ejecución y disfrute”.
O lo que es lo mismo:
¡Qué bebamos vino y qué lo podamos pagar! ¡Que la paella de mañana no se queme!
¡Que el cordero este en su punto y que la danza salga de la panza!
Que haga el clero la vista gorda, y permita que los mozos y mozas pequen y se diviertan.
Que sepamos que en fiestas la libertad y respeto son caras de una misma moneda, y que No es No.
 Que no se critique a quienes hacen posible las fiestas Y que cagalera coja quien ose criticar a un pregonero.
 ¡Qué del grifo del pilón salga cerveza y que si llueve, llueva jamón! Y disfrutar, que el derroche de alegría no alterará la prima de riesgo.

Y con mi amigo PATO en representación de todas las peñas, os decimos: ¡VIVA MONLERAS, VIVAN SUS FIESTAS! ¡VIVA YO! Y ¡VIVA EL ACOMPAÑAMIENTO.